Se llaman Alan y Charly y creo que no hace falta decir que son hermanos. Son de julio pero ya son grandes “tigritos”.  Yo pensaba coger uno pero cuando encontré a Alan me dijeron que estaba viviendo con Charly desde que nacieron y decidí quedarme con los dos. Desde que llegaron a mi vida no han parado de darme mimos, no pueden ser más tiernos.

Jamás imaginé que un animal pudiera llegar a significar tanto para mí en tan poco tiempo.