Esta es la historia de la adopción de Lúa:

 

Siempre me han gustado los animales. A los 18 años tuve mi primer perro. Un cachorro mezcla de Fox Terrier con Perro de Agua. Estuvo con nosotros 17 años; bueno, terminó con mis padres porque, por circunstancias, ellos podían cuidar mejor de él o, por lo menos, disponían de más tiempo para cuidarlo.

 

Cuando murió, mis padres compraron un Chihuahua que llevaban viendo, varios meses, en el escaparate de una tienda. Querían un perro pequeño (no la raza) para poder manejarlo mejor, sin plantearnos que en las protectoras podría haber perros de este tamaño.

 

Este curso, que me ha tocado trabajar y vivir lejos de la familia, ha sido cuando me he planteado que necesitaba un perro que me hiciese, bueno, para hacernos compañía mutuamente. Pero esta vez nada de comprar, porque había visto reportajes de los criaderos ilegales, del problema de sobresaturación de las protectoras, etc…

 

Por Facebook había sabido de una protectora de Zaragoza y de vuestra aplicación. Intenté adoptar por la protectora, pero la perra que me iban a dar, finalmente, se la dieron a una pareja que la adoptaban a ella junto con otro perro que había sido su compañero hasta ese momento (después de adoptar a Lúa, supe que habían devuelto a los dos…)

 

Como el primer intento de adopción no salió bien por la protectora, mire en Miwuki y me interesé por Lúa en cuanto vi sus fotos. Acababa de publicarse ese mismo día, finales de mayo…. Hice todo el proceso y el 7 de julio llegó desde Córdoba, a mis brazos, en Zaragoza.

 

Es súper buena con todos, se lleva bien con el perro de mis padres, aunque los primeros días hubo celos por ambas partes,  y es demasiado dependiente de mí; cada vez que me muevo me sigue, aúlla cuando me voy… Pero bueno, poco a poco.

 

No la he cambiado de nombre porque atiende cuando la llamo en casa y en la calle. Es un amor.

 

¡Estoy encantada con ella, y mis padres también!

 

Susana López.