Qué comen los gatos

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Desde que se empezaron a comercializar los piensos para perros y gatos, hacia finales del siglo XIX, estos animales se han visto obligados a comer productos que, si realmente supieran lo que es, no se lo comerían. Y es que son muchos los piensos a los que se les ha añadido sabor, y se les ha dado una textura y un olor que los atrae.

Queremos lo mejor para nuestros peludos, pero, ¿sabemos realmente qué comen los gatos?

Empezaremos por lo básico: los gatos, y todos los animales depredadores, son carnívoros, lo cual quiere decir que se alimentan de la carne de los animales que cazan. En el caso de los gatos, pueden ser todo tipo de roedores, pequeños pájaros, e incluso pueden ingerir también algunos insectos (es raro, pero puede pasar). Esto significa que el gato se ha de alimentar de la comida más natural posible, pero claro, nadie quiere tener roedores y demás en la nevera ? . Una opción más que recomendada sería darles alitas de pollo, vísceras, y tal vez pescado sin espinas, aunque lleva tiempo prepararlo.

Así pues, nos queda el pienso. De piensos hay de dos tipos: húmedo y seco. Pero hay muchas, muchísimas marcas: Acana, Applaws, Whiskas, Orijen, Friskies, etc. Pero, ¿de qué están hechos? Y, ¿cómo elegir el más adecuado?

Industria alimentaria de animales domésticos

Hablar de la industria alimentaria de perros y gatos es hablar de una batalla mediática que pretende engañar al consumidor o, en este caso, a los humanos que se cuidan de sus animales, con el fin de obtener un beneficio económico cada vez mayor.

Como comentaba al principio, hacia finales del siglo XIX, concretamente, en el 1860, se creó el primer pienso para perros, que no era más que cereales, sobretodo trigo, remolacha y sangre de res todo mezclado. Tras la depresión de los años 30, los propietarios buscaban un producto que fuese más barato que la carne para alimentar a sus animales; aunque no tardaron en aparecer las dudas sobre si se les estaba alimentando bien, ya que este pienso carecía de carne.

Así pues, se empezó a añadirles deshechos de las fábricas cárnicas que no eran aptas para el consumo humano, como por ejemplo: carne dañada o enferma, subproductos, etc. Estos deshechos se cocinaban (y se cocinan hoy día) con otros productos igual o más económicos, como los cereales no aptos para consumo humano, cáscaras, etc. Pero claro, ¿cómo vender algo que nadie se comería? Haciendo mucha publicidad.

Los veterinarios no tardaron en entrar en este ”juego”, haciendo informes que recomendaban un determinado tipo de pienso, y criticando a la gente que les daba alimentos naturales. Y la situación empeoró cuando aparecieron piensos para razas, para cachorros, piensos supuestamente premium,.. Ya no tenemos ni que pensar: los veterinarios elijen el pienso de nuestros animales, básicamente porque ellos sacan dinero con esto.

¿Es bueno ese tipo de pienso? No. Se sabe que el cereal, por ejemplo, les puede producir alergia a los gatos al no poder digerirlos bien. Yo misma te puedo decir que una de mis gatas tuvo una infección de orina tras haberse alimentado con uno de esos piensos supuestamente completos.

¿Cómo elegir el pienso más adecuado?

Si no se quiere o no se puede darles comida natural a los gatos, lo ideal es optar por piensos que se preocupan por su bienestar, los llamados holísticos. Estos piensos no se comercializan en las clínicas veterinarias, ni siquiera en tiendas de productos veterinarios.

Partiendo de la base de que los gatos son carnívoros, hay que buscar un pienso que tenga un alto contenido en carne (mínimo un 70%), y que no lleve nada de cereales ni harinas. Para ello, hay que leer la etiqueta de los ingredientes, los cuales están en orden de más cantidad a menos. No vamos a engañarte: el precio de estos piensos es alto, pues un saco de 7,5kg cuesta sobre los 40 euros, pero los beneficios se ven a simple vista. Entre ellos, destacamos: un pelo más brillante y suave, dientes fuertes y blancos, no les huele mal el aliento, y están de mucho mejor ánimo.

Pruébalo, y seguro notarás la diferencia.

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